Las críticas a After Earth que he leído aluden a los temas más superficiales de la película; desde los efectos especiales a la falta de acción. También se ha hecho referencia al nepotismo de Will Smith –el protagonista es su hijo Jaden-, lo que me ha recordado a aquellos que critican la corrupción como algo ajeno a ellos y luego se desviven para pagar o emitir facturas sin IVA. Luego están los que censuran que difunda supuestamente ideas de la Iglesia de la Cienciología, pero callan cuando Spilberg hace lo mismo con el judaísmo, o cuando otros difunden ideas políticas y sociales en sus películas, por ejemplo, en el cine español, y lo llaman "comprometido". Hay quien canta la muerte cinematográfica del director Shymalan (cómo le gusta a algunos la supuesta desgracia ajena). Es más; hay quien disfruta diciendo que ha sido un fracaso en taquilla, pero desprecian las películas de "sábado de palomitas". En fin, que la crítica es libre. A mi me gustó y, no sólo eso, sino que encuentro una fuerte relación con el Moby Dick (1851) de Herman Melville, que ha pasado desapercibida; lo que es raro, porque el libro es citado con frecuencia.
Al igual que mucha
space opera de la Golden Age eran viejas historias de piratas trasladas al espacio exterior, la cinta de Will Smith se basa en cierta medida en Moby Dick. Con un simbolismo similar al que utilizó Herman Melville en 1851,
aunque salvando las distancias, After
Earth está cargado de alegorías y símbolos. Es fácil identificar a los
personajes con los de la novela, y los temas clave con algunos de los que
surcan el libro citado.
Para empezar, la nave en la que viajan Smith e hijo es una ballena. La forma exterior y el diseño interior quieren parecer el cetáceo. Incluso cuando la nave se parte y aparece destruida en el suelo, la imagen de los huesos de una ballena es evidente. En Moby Dick hay un personaje, el capitán Ahab vive marcado por la pérdida de una pierna en la lucha con un cachalote. Ahab ha
encarnado en la ballena sus miedos y frustraciones, su ambición y el sentido de
su vida; pensando que la muerte del cetáceo tranquilizará su espíritu. En After Earth es el hijo, que interpreta Jaden Smith, el que está marcado por la pérdida de su hermana a manos de un USAR -un monstruo típico-. Ambos, Jaden y Ahab, viven condicionados por la pérdida y la derrota, y sólo la muerte de la bestia puede liberarles. Pero para ello deben vencer sus miedos.
El libro es un ensayo sobre la superación y la fuerza de voluntad, lo mismo que la película, en la que el niño debe enfrentarse al entorno hostil madurando sus actitudes y pensamientos. El rito de iniciación surca las dos obras: en Moby Dick, en Ismael; en After Earth, en el chico, que tiene de guía a su padre. La novela de Neville trasciende el simple libro de aventuras, al igual que la película, que es lo que algunos críticos no quieren o no han podido ver. Moby Dick es una novela cargada de simbolismo sobre las posibilidades del hombre para enfrentarse a su destino con entereza, mirar a la vida de frente y superar las limitaciones. Es una ampliación de los horizontes, tanto físicos como mentales; aquí el paralelismo es entre Jaden e Ismael.
Las dos son historias "épicas naturales"; es decir, la dramatización del espíritu humano en un escenario de naturaleza primitiva. En realidad, como señalaron Faulkner y Dos Passos, Moby Dick es el inicio de la novela norteamericana contemporánea: el Hombre frente a la naturaleza, venciendo sus defectos y debilidades. Esto es la columna vertebral de Moby Dick y de After Earth. El respeto a la naturaleza, como un ente superior, forma parte de la literatura norteamericana desde mediados del XIX, y After Earth es en este sentido, quizá sin pretenderlo, un producto más del mundo cultural estadounidense.
La película no ha triunfado en taquilla, por lo que sea, que hay opiniones, pero indudablemente es una cinta que da para mucho. Si no la has visto, despójate de prejuicios, y adelante.
Publicado en LOS OJOS DEL MARCIANO
https://planetasprohibidos.blogspot.com/2013/07/after-earth-y-moby-dick.html?showComment=1375004080258&m=0#c4903407359313790245'> 28 de julio de 2013, 11:34
No creo que sea corrupción querer que tu hijo sea actor si para ello usas tu dinero, ahora bien, lo que no debe esperar es que los demás estemos de acuerdo, sobre todo si no tuvimos la suerte de tener padres millonarios y entendemos que cada uno debe ser valorado no en función de la nómina de los padres, sino de sus propios méritos. Si, ya lo se, la utopía no es lo que se lleva.
No hablas de la calidad del chico como actor, lo que me preocupa en este sentido. Igual tiene algo que ver todo esto si no ha triunfado.
Y Shymalan, este hombre no tiene suerte. Un trabajo que le dan para ganar unos dineritos que no logra con sus películas, va y se estrella en taquilla. Ahora, igual el tiene algo de culpa, ya que visto lo que había, yo no hubiera aceptado ser "complice" de este trabajo.
Pero bueno. Si tu dices Jorge que vale la pena, la veremos. Aunque sea en casa ;-)
https://planetasprohibidos.blogspot.com/2013/07/after-earth-y-moby-dick.html?showComment=1375111297428&m=0#c5537057350980051463'> 29 de julio de 2013, 17:21
@Lino Moinelo Jaden es como la protagonista de "Crepúsculo" -no me atrevo a repetir su nombre tres veces :P-; es decir, sólo tiene un registro, pero justamente es el que necesita la película. Jaden le da el tono dramático que el guión necesita, pero habrá que verle en otras situaciones.
Ver la película no es una pérdida de tiempo. No está mal. Si te sobran unos euros para ocio, yo iría a verla.
Saludetes
Lo que no me sobra es tiempo, aun así, la he visto. La película en efecto merece un mejor trato que el que ha recibido por la critica. El evidente nepotismo padre-hijo la lastra mucho, es verdad, pero no como para no ver las partes positivas que has apuntado, y alguna que otra más que añadiría, por lo menos como notas curiosas (el toque "jedi", por ejemplo ;-) ). Este caso me recuerda al de "John Carter", injustamente machacada. Parece que si alguien saca una película en la que no haya explosiones todo el tiempo en plan Michael Bay o Emerich, se ponen todos de acuerdo para hundirla.