The Last Jedi' (
Rian Johnson, 2017) es la entrega de
Star Wars que más división ha generado entre los aficionados. Según revela el famoso
Rotten Tomatoes, una divergencia similar ocurre entre crítica y público. ¿A qué se debe esta división? ¿Es por la propia película? ¿Tiene algo que ver con las diferencias que ya existían desde hace décadas entre los seguidores de
Star Wars? Cuando todo comenzó allá en el lejano 1977, la obra respondía a la inquietud de un prometedor director californiano que lo apostó todo por su creación, a pesar de las dificultades iniciales. Con el tiempo, se han sumado a la saga aficionados cuya conexión con la trilogía clásica es poca o nula, hasta que hoy en día la saga responde sobre todo al ansia económica de la compañía de
Mickey Mouse. Hay entre ambos extremos circunstancias que quedan a una distancia muy, muy lejana. La eficacia comercial de la actual dueña ha configurado una audiencia que, cual ejército de clones, ha relegado al olvido a los viejos rebeldes que todavía seguimos soñando. Repitiéndose la historia, el vendaval de expectación ocultó las incongruencias de la anterior entrega a una afición que lo perdonaba todo con tal de viajar a lejanas galaxias. Pero pasada la tormenta, esa misma afición ya sin síndrome de abstinencia, no se da cuenta de que la obra de
Rian Johnson en realidad lo que hace es señalar con el dedo las carencias que ya existían [spoilers]