A donde sólo la imaginación puede llegar
Obra de Teatro. Bubok Publishing, S.L. Reseña por J. Javier Arnau
Ciertamente, no conozco muchas obras de teatro de temática de ciencia ficción. O, dicho de otra manera, no sé casi de obras de ciencia ficción que tengan la estructura de obras de teatro. Me refiero a que en su origen fueran concebidas como obras de teatro, no a posteriores adaptaciones. Realmente, sólo me viene a la mente una, muy conocida por ciertos temas: R.U.R, del escritor checo Karen Câpek.
Esta obra que estamos tratando, por su estructura dramática, podemos considerarla una “rara avis” dentro de la CiFi; enseguida veremos los motivos que pueden haber llevado al autor a adoptar esta estructura.
Por otro lado, el mismo título nos remite a la famosa Fahrenheit 451, de Ray Bradbury, o a otras distopías como Un Mundo Feliz, o 1984, de A. Huxley; asimismo, los personajes de el Inquisidor y del Hereje, así como ciertos momentos de la lectura, me han hecho recordar el relato de Harla Ellison “¡Arrepiéntete Arlequín, dijo el Sr. Tic-Tac!”.
Hace no mucho publicamos un artículo sobre qué era la ciencia ficción, o qué podemos considerar como tal (el nombre y las etiquetas). Ahora, ampliamos un poco más dicho artículo, con unas cuantas consideraciones. Hemos hablado aquí sobre qué es la ciencia ficción, la ficción especulativa por aquí, las etiquetas del género por allá, etc...
Pues bien, voy a hacer caso a una frase que leí una vez: “Ciencia Ficción es aquello que se escribe y se publica bajo tal nombre”. Es más, la amplío y digo que es también "lo que se expone en bibliotecas y librerías bajo ese nombre".