Tom se enfrenta a La Antorcha, un psicópata con especial querencia por el fuego; al hampa de la ciudad, ahora controlada por Eva Espinosa, cuyos sentimientos por Tom son de lo más carnales, y al peor de sus enemigos: sus propios demonios con los que se asoma a un abismo que le seduce tanto como aterroriza
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EDITORIAL: Createspace Independent
COLECCIÓN: Tom Z. Stone
PÁGINAS: 288
FORMATO: Tapa blanda
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El esperado ¿final? de una saga,
largamente demorado; no por ser el final, sino porque desde la anterior
aventura de Tom Z. Stone ha pasado mucho tiempo, demasiado, tanto que el autor
ha tenido que autopublicarla, ante la desidia de la editorial. Un hecho
lamentablemente demasiado frecuente, que las editoriales, de diversos tamaños,
se desentiendan de sagas, dejándolas inconclusas, y a los lectores sin saber,
ni poder, continuar las andanzas de sus personajes preferidos.
En fin, pasemos a hablar de la
obra en cuestión; como decimos, ha pasado demasiado tiempo entre la lectura de
la anterior y esta, con lo que volver a entrar en el mundo que nos propone el
autor nos ha costado un poco. Porque esta es la culminación de la “saga”, está relacionada
con las anteriores (sobre todo con la segunda), y los personajes y situaciones
la tenemos un poco “olvidadas”. Pero es cuestión de centrarse en la historia e
ir recuperando las sensaciones de las anteriores novelas.
Antes de nada, quiero comentar una
cosa; esta reseña la realizamos sobre el pdf de la maqueta que el propio autor envió, por
lo que no haremos mención de posibles fallos de maquetación y edición, al no
saber si fue la maqueta que finalmente se usó, o si hubo correcciones posteriores.
Tom Z. Stone ha vuelto, más “vivo”
que nunca a causa del suero experimental al que decidió someterse al final de
la anterior entrega. Pero eso le hace tener más dudas, indecisiones, etc... En
fin, lo que es un ser humano, cosa que él hacía tiempo que no era. Por eso la
novela está en esta ocasión más centrada en Tom y en los que lo rodean, sus
relaciones, sus motivaciones, su sinergia, que en el caso en el que el
detective participará. Este caso cerrará las tramas presentes en las entregas
anteriores, sobre todo en la segunda; se incluirán, a los ya presentes en
ellas, nuevos personajes, tanto aliados de Tom, como nuevos enemigos. Todos
ellos se moverán en esa Valencia oscura, peligrosa, “anacrónica” que J.E Álamo
nos ha ido presentando, y en la que hemos ido profundizando. Esa ciudad, y
alrededores, lóbrega, peligrosa, y en un marco “dimensional” un tanto diferente
al que estamos acostumbrados; esto, como comenté en reseñas de otras obras del autor, hace que nos
de la impresión de que la mayoría de la obra de J.E. Álamo esté interconectada;
tanto es así que lugares, personajes y situaciones aparecen recurrentemente en
otras obras, tanto novelas como Penitencia, como relatos tales como los
recogidos en El Enviado, por poner dos ejemplos claros. Esa interconexión le añade una “dimensión” más, valga la
redundancia a la obra.
Seguimos con la ambientación de
novela negra, rindiendo homenaje a Raymond Chandler y Dashiel Hammett, entre
otros; seguimos con la banda sonora de una vida; Queen y, sobre todo, The Beatles
(recordemos que en este marco espacio/temporal, no todo ha sido como lo
conocemos, la historia diverge en varios puntos); por supuesto, también habrá “reanimados”
y “terminales”; encontraremos policía corrupta, grupos mafiosos, y violencia,
mucha violencia. En realidad, la violencia en esta entrega está mucho más
medida, y comedida, que en anteriores entregas, dado que, como comentamos, está
más centrada en la figura de Tom Z. Stone y de su entorno más cercano; pero
cuando ésta hace su aparición, no tiene nada que envidiar a las anteriores
entregas. Encontraremos un remodelado bar “El Piojoso”, ahroa remodelado y bajo
nueva gerencia bajo el nombre de “As de Picas” (y una pequeña insinuación de qué
le sucedió a su anterior dueño).
El autor hace uso de la primera persona
en los capítulos narrados directamente por Tom, y en los (cortos) momentos en
los que aparece el principal “villano” (La “Antorcha”) de la función; entre
comillas porque, como veremos a lo largo de la obra, no es ni tan principal, ni
tan villano como nos pudiera parecer de primeras, sino una víctima más de la
violencia, de la corrupción, del maltrato, y de la vuelta a la vida de los
fallecidos.
Novela coral, con multitud de personajes
en ambos bandos, como decimos muchos conocidos, y algunos nuevos. Con un estilo
directo, preciso, a veces cortante, y que hace que sea una lectura ágil, con su
dosis de humor (negro) y socarronería, a veces de mala leche, pero a la vez
queda patente una gran dosis de amargura, de desengaño ante la vida, de
fatalidad ante el conocimiento, casi exacto, del funesto destino. Influye en
este modo de escritura el que Álamo utiliza recursos como recortes de periódicos,
entrevistas, noticiarios, etc, así como de elementos reconocibles en esa
Valencia (y cercanías) ficticias, y el nombre de muchos de sus conocidos y
amigos como personajes de la trama (entre los que me encuentro).
Resumiendo, un adecuado y necesario
punto y final a las andanzas de Tom Z. Stone (al menos, y de momento, de las
novelas, pues relatos del personaje siguen apareciendo en la revista Fiat Lux),
que ha tardado en aparecer, pero que cuando lo ha hecho ha valido enormemente
la pena (tanto como por continuación/final de la saga, como por su propio peso
dentro de la misma).
Podéis encontrarla en Amazon,
tanto la versión digital, como Impresión Bajo Pedido. Igualmente las anteriores novelas de Tom Z. Stone, con nuevas portadas a cargo (igual que esta) de Daniel Expósito Zafra