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- Autor: Tony Jiménez
- Género: Terror
- Páginas: 416
- Portada: color laminado mate con solapas.
- Encuadernación: rústica, fresada.
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Sinopsis Editorial:
Chicago, años 30. La época de la ley seca, de las bandas organizadas y de algo más. Una serie de extraños asesinatos asolan Chicago. Las víctimas aparecen horriblemente mutiladas y desangradas mediante terribles mordeduras en el cuello. No son los únicos muertos con los que la ciudad debe lidiar. Brutales crímenes en los que los cadáveres son descubiertos sin piel ponen en alerta al periodista Samuel Parker, mientras la investigadora Jessica Kramer acepta un caso relacionado con los cuerpos desangrados. Antes de que ambos se den cuenta se ven inmersos en una red de intrigas que va más allá de lo que creían, y que supera por mucho a los crímenes normales que dominan Chicago. Dos criaturas sobrenaturales están convirtiendo la ciudad en su campo de batalla particular, dos seres que nadie cree que existan: una momia de miles de años de antigüedad, y un poderoso vampiro, el mismísimo Drácula.
Opinión:
Hace un tiempo reseñamos “Drácula y los crímenesde Jack el destripador”, de Miguel Ángel Naharro, que era el número dos de la colección Monsters Unleashed. Ahora vamos con la reseña del libro que abre la colección, “Batalla por Chicago (Drácula vs. La Momia)”, de Tony Jiménez. Como el título indica, se trata de una lucha entre dos monstruos clásicos por hacerse con la corrupta ciudad de Chicago durante la ley seca, la época de la mafia, el hampa, Al Capone, etc. Ante esta mezcla de registros, le pregunté al autor, Tony Jiménez, el porqué; me dijo que la época de los gangsters y Chicago era un tema que siempre le ha gustado, y que como el tema de Monsters Unleashed era el situar a los monstruos clásicos fuera de su ambiente, pues pensó en situarlos en ese escenario y en esa época. Comenta que mandó la sinopsis a la editorial, y le fue aceptada, así que se puso manos a la obra.
El libro retrata muy bien el ambiente que imperaba en la corrupta ciudad, así como las luchas entre las bandas rivales que intentaban hacerse con el poder, y la corrupción e ineficacia de las fuerzas del orden. Nos muestra asimismo a personajes desengañados, desencantados que malgastan sus vidas, enterrándolas en alcohol (los efectos de la ley seca…), o en trabajos de poca monta.
Aquí la lucha entre bandas rivales se recrudece, ofreciéndonos momentos de puro gore; no puede ser menos, cuando dos de los “capos” son dos monstruos como Drácula y la Momia. Cada uno posee su propia banda, en la tradición de lo que conocemos de ambos, dispuestos a matar y a morir por sus amos. Escenas de desollamiento, de mutilaciones, desmembramientos, etc. Y ninguno de los dos cejará en su empeño de adueñarse de la ciudad, empleando todos los métodos y medios disponibles a su alcance (sobornos en las altas esferas, dobles personalidades con apariencia de benefactores de la ciudad, asesinatos,…); tampoco cejarán en intentar acabar el uno con el otro, pues son muy conscientes de que no hay sitio para dos seres como ellos en la ciudad… ni en el mundo.
Además de mostrarnos Chicago durante la ley seca, el autor también nos va mostrando algún flashback de la “génesis” de ambos monstruos, una breve historia, y su establecimiento en la corrupta ciudad.Particularmente interesante la historia de Imothep y su condena y maldición por su traición al Faraón, así como los esfuerzos de sus acólitos por revivirlo siglos después. La guerra entre bandas va así degenerando en una guerra entre las dos criaturas sobrenaturales, aumentando de esta manera el grado de terror y violencia. Sólo la investigadora (expolicía) Jessica Kramer y el periodista (escritor caído en desgracia por culpa del gobierno) serán capaces de averiguar la verdad, y de enfrentarse a ambos monstruos y a sus seguidores. Dos personajes venidos a menos, desengañados, desilusionados, que se refugian en la bebida para evadirse de la realidad, o que cayeron en ella y ahora se vuelcan en un trabajo de poco fuste para poder salir adelante y olvidarse que un dia fueron grandes.
También ha querido el autor rendir homenaje en su obra a grandes nombres del terror; el pistolero Roland, a las órdenes de Drácula; la Torre Cushing, donde tiene su cuartel general Imothep (la Momia); el pueblo fantasma Crouch End; la biblioteca Fisher, etc . Y como dato anecdótico, el final de uno de los monstruos, es prácticamente idéntico al que tuvo en el momento de su detención Al Capone.
Quiero resaltar aquí, ya que lo comenté en la reseña del otro libro de la colección, la corrección de la obra. Entonces me quejé de una mala corrección, que entorpecía en muchos momentos la lectura; pues bien, aquí debo decir, sin embargo, que no he encontrado errores (igual alguno, pero muy menor, que no me lleva a resaltarlo), por lo que la labor correctora y editorial es mucho más acerada que en “Drácula y los crímenes de Jack el Destripador”.
Ah, y también mencionar la excelente portada de Daniel Expósito Zafra.