Los aciertos de la Ciencia-Ficción

Por Lino Moinelo a las 22:58 el 30 oct 2010 0 comments
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«2001: una odisea espacial», que destaca especialmente por su precisión científicaEste es en realidad un artículo reivindicativo, ya que parece que señalar a la Ciencia-Ficción sobre los errores que supuestamente comete, es un acto de regocijo extendido presumiblemente en aquellas gentes que no deben tener a este género entre sus preferidos. Por si los lectores no lo han notado, yo sí que le tengo cierto cariño, por lo que no solo por hacer un poco de justo balance, si no también de simple justicia, él título trata de lo contrario: los aciertos.

Es como si existiera una convicción general entre los ajenos al género, de que los escritores de Ciencia-Ficción tienen la obligación de acertar en sus especulaciones, como si fuera esta su intención, y que de no lograrlo hayan de convertirse en los hazmerreir señalados por el resto. Por supuesto, que todo dependerá del tipo de obra en cuestión, de la intención de sus autores y naturalmente, de la comercialidad que deseen darle.

Esto significa que, como en todas las cosas, no todo lo que es etiquetado dentro de nuestro preciado género, es digno de la misma consideración, y por lo tanto, no han de pagar justos por pecadores salvo que precisamente se trate de esto, de aprovecharse de las cuestionables practicas de algunos o de las necesidades comerciales de otros, o incluso de ambas, para meterse con el género al completo.

Puede parecer contradictorio defender una Ciencia-Ficción caracterizada como tal por precisamente guardar cierta pulcritud científica, y al mismo tiempo, permitir que dentro de ésta puedan coexistir una gran variedad de obras que no siguen la misma tónica. Bien, pues me temo que esto es lo que hay, por una parte debido a que la Ciencia-Ficción es un género con límites difusos y en ocasiones complicados, y por otro, porque una obra no tiene porque definirse como perteneciente a un solo género, ni un autor tiene porque verse limitado por convencionalismos a la hora de expresar su idea, que es el el fondo de lo que se trata. Como tantas otras cosas en la vida, el resultado será bueno o malo en función de muchas variables y gustos, independientemente del género o géneros, a los que pertenezca.

Todo este aparente caos existente alrededor de la Ciencia-Ficción, es con gran probabilidad el causante de que bien por ignorancia, o directamente por intenciones nada honestas, la Ciencia-Ficción sea objeto de mofa, escarnio y todo tipo de ridiculizaciones. Y si hay algún subgénero que sea objeto especial de estas burlas y difamaciones es el de la Space Opera.

La «Ópera Espacial»

Cartel cutre de una Space Opera genérica La Space Opera podría considerarse como todo un genero por si misma independiente al que normalmente le incluye, hasta el punto de que podrían encuadrarse dentro de un mismo grupo otro tipo de obras corales como El Señor de los Anillos, celebre saga con la que en ocasiones se compara para evidenciar la falta de rigor científico de la primera. Es por esto que escoger a la «ópera espacial» como objeto de la ridiculización del género es elegirlo claramente como una cabeza de turco.

Sin embargo como veremos, muchos de los errores científicos que se le atribuyen, no solo no lo son, sino que son consecuencia de la desgana o incompetencia de nada más y nada menos de los traductores de aquellos países en donde precisamente la ciencia no es su principal virtud. Por lo tanto, admitiendo que la precisión científica no era desde luego la principal intención de George Lucas cuando ideó su famosa saga «de las galaxias», hay que caer bajo para resaltar sus supuestos defectos y no darse cuenta de que por otro lado se creó una nueva mitología que ha calado profundamente en la sociedad (…yo, soy tu padre…) y una nueva forma de entender el cine y la Ciencia-Ficción. Podrá gustarnos o no, pero se puede decir que su autor logró su objetivo con creces.

Y ahora veremos como a pesar de todo, la ciencia no es ignorada en la Space Opera, motivo por el cual ocupa un lugar entrañable y especial, en el género de la Ciencia-Ficción.

El sable «láser»

Esquema  de una «espada de luz» El sable de luz (light saber en su idioma original) es una de una de las más famosas armas que se relacionan con la Ciencia-ficción. Por motivos sobre los que especularemos más adelante, se decidió en su día llamar a esta arma ficticia de forma completamente ajena a la original.

No es un «láser(1) » lo que sale de la espada, sino un haz de plasma, concepto que deben suponer los artífices de la traducción que el publico español ignora qué es, por lo que les da igual que ni sean parecidos ni tengan nada que ver. El láser es una técnica de emisión de luz conocida y REAL, mientras que el plasma es el estado de la materia que se encuentra en las estrellas, como consecuencia de la altísima temperatura a la que está sometida el gas, debido a la enorme presión gravitatoria. También es real, no es Ciencia-Ficción su existencia, sino ciencia pura y dura. En la Tierra, se consigue mediante los reactores de fusión, y para lograr un reactor del tamaño de una empuñadura, haría falta conocer el mito de la fusión fría, lo que evidentemente de momento, sí que es ciencia-ficción.

Disparos «láser»

Pistola blaster dh 17 1 De nuevo, el mismo error. Error que propicia la burla de los que, atendiendo al uso habitual más extendido pero no el único, profieren al ver esos «pedacitos» de luz alargados, cuyas trayectorias se observan perfectamente y que jamás se pueden corresponder con un láser. Ni en la Ciencia-Ficción ni en la Space Ópera. Parece que los traductores velan por mantener a buen recaudo nuestra mente de conceptos extraños venidos de allende las fronteras, simplificando y retorciendo títulos hasta hacerles perder su significado original. Justo lo contrario de lo que se supone que es traducir.

Las armas utilizadas en la Space Opera de Star Wars, no son «armas láser(2)», o al menos, no son las únicas. Lo más común en este universo imaginado por George Lucas, y en otras creaciones, son los «Blaster(3)», los cuales son en efecto, armas que disparan trozos de materia en forma de plasma incandescente, acelerado presumiblemente de forma magnética. La Ciencia-Ficción consiste, como se ha explicado, en que no existe ninguna forma de producir dicho plasma en esas condiciones.

Y sus disparos, en caso de existir dichas armas, tendrían seguramente la misma apariencia que los disparos que observamos en la gran pantalla. Todo un acierto de la Ciencia-Ficción.

Sonido en el vacío

¿Realmente alguien cree que los productores, guionistas, etc., del cine, no saben que en el vacío no se transmite el sonido? ¿alguien piensa que se pretende defender lo contrario, en estas películas? ¿creen los científicos de los EUA, que en Hollywood han de aprender física para saber cosas de este tipo?

Me van a permitir los lectores que filosofe (de nuevo) un poco y les recuerde el famoso Kōan en el que se plantea la cuestión de ¿qué clase de sonido produce una hoja que cae en un bosque y nadie la oye?. Discusión filosófica que aseguraría desconocen estos físicos puristas así como otros tantos alegres detractores de la Ciencia-Ficción. No, en el vacío no se transmite el sonido, pero lo que hay dentro de las naves espaciales no es vacío, y la gente de su interior a buen seguro que «oye», lo que les está ocurriendo.

«Apoteosica» explosión en el espacio (imágen extraida de «La Amenaza Fantasma») Por el mismo motivo, si explota un planeta, la Estrella de la muerte, o cualquiera de las naves espaciales mencionadas tan habituales en las películas del género, todos sus componentes salen despedidos así como la atmosfera que estaban respirando, «llenando» el vacío circundante. Por lo tanto, si un espectador (uno imaginario en la escena, no el espectador del cine, claro) es alcanzado por esa «onda» expansiva y golpea el casco de su transporte, a buen seguro que oirá algo.

Vale que los productores cinematográficos no se habrán planteado tampoco todas estas precisiones, pero de ahí a pretender que en una película de aventuras, acción y romanticismo, como son las Space Opera(s), se desarrolle una batalla espacial con música clásica de fondo como en 2001: una odisea del espacio, parece una broma. Aunque todo es Ciencia-Ficción, no son lo mismo.

El método de propulsión

Caza (Starfighter) X-Wing surcando el espacio Recuerdo aquellas tardes que pasaba jugando al X-Wing, un juego para MS-DOS de simulación de combate espacial. Resultaba curioso como las naves se paraban totalmente al reducir el trhuster, como clavadas en el vacío espacial e ignorando las leyes de la física y la inercia correspondiente. Esto ha sido y es motivo de risa en ciertos ambientes, y cierto es que en esta saga no es explicado debidamente este efecto.

En la wiki del universo expandido sin embargo, hablan de cierto artilugio incluido en los transportes espaciales de Star Wars, al menos en el famoso caza en forma de X, llamado «Etheric rudder» (timón etérico). Su principio de funcionamiento no es explicado, pero en el ámbito de la Ciencia-Ficción existe desde hace mucho tiempo una explicación, totalmente imaginaria por supuesto, a esta forma de navegar por el «éter» del continuo espacio-tiempo cual de navíos surcando los mares se tratase: los motores gravitacionales.

Desde los platillos volantes de toda la vida, hasta en el universo del celebre juego de ordenador StarCraft, pasando por Baylon 5, se trata de algo habitual. Sobre este asunto, existen otras producciones mucho más valoradas, consideradas «de culto» y menos criticadas en este sentido como Blade Runner, en las que tampoco se explica como flotan los coches y por lo visto no pasa nada.

Conclusión

La buena Ciencia-Ficción ha de ser precisa desde el punto de vista de la ciencia, y debe explicar de forma transparente al lector o al espectador, las concesiones que se realizan y cómo es la supuesta solución adoptada.

Por lo tanto, lo que está claro es que en la Ciencia-Ficción se vulneran conscientemente algunos detalles de la física, pero esto no significa que sean un error. Las concesiones científicas han de ser plausibles, es decir, que a la luz de la ciencia de ese momento no haya modo de saber si en un hipotético futuro puedan ser posibles o no y por lo tanto, la especulación sobre ellas sea admisible. Es un error la falta de coherencia dentro de la obra, aunque esto atañe a toda obra intelectual, siendo más complicado en la Ciencia-Ficción que en el resto, precisamente al no conocer los alcances de alterar los parámetros del universo conocido. Sería una mala práctica, como ya se ha mencionado, no explicar de alguna forma los supuestos científicos utilizados, aunque el no hacerlo no implica que esta explicación no exista y por lo tanto, no se trataría de «errores científicos».

Otra cosa es que dentro del mismo género o tocando varios de ellos, puedan haber obras destacables en un sentido general, por la idea que transmiten o por la forma de representarlas, quedando en segundo lugar la precisión científica. Normalmente, la intención de escritores, guionistas y productores sobre este tema es evidente desde un primer momento, no obstante, las discusiones parecen no cesar nunca.

Por otro lado, los casos en los que se argumenta que en Matrix (un universo cibernético virtual cuyas leyes físicas están a expensas de modificar o hackear el código fuente que las origina) se ignora la inercia, o incluir a Torrente 2 o Misión: imposible, dentro de la categoría de Ciencia-Ficción, es sencillamente no tener ni idea de lo que se está viendo.

Julio Verne y sus ¿predicciones o simplemente, aciertos? Y ya por último, un merecido homenaje al genio francés Julio Verne el cuál, como el resto de los mortales, no estaba exento del error y alguno cometió a lo largo de su carrera literaria, suponiendo que pueda considerarse error a no predecir los avances de la ciencia en los años venideros pertrechado únicamente con un papel, una pluma, y su imaginación. Desde el punto de vista de la ciencia y suponiendo que su intención fuera predecir algo y no simplemente dar rienda suelta a dicha imaginación y entretener por encima de otras cosas, lo cierto es que la sorprendente cantidad de predicciones acertadas que este escritor, padre de la Ciencia-Ficción, acumula, bien debería recordarla algún que otro critico burlón de la Ciencia-Ficción.

Fuentes

Enlaces relacionados

(1) He tenido que modificar yo mismo la Wikipedia, ya que allí se cometía el mismo error en la constitución del haz que proyecta el sable de luz, para hacerla coincidir con su homóloga en inglés
(2) En honor a la verdad, los cañones del X-Wing son por lo general identificados como «Laser cannons».
(3) La definición de blaster en la Wikipedia en español es inexistente ¿alguien se anima?



Publicado originalmente en el blog Al final de la Eternidad el 13 de marzo de 2010
Posteriormente en:


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Informático y documentalista despistado. Se aficionó a la ciencia-ficción cuando de pequeño le regalaron unos libros infantiles asesorados por el mismísimo Asimov. Tiene un blog dedicado a este género donde vuelca su afición: Al final de la Eternidad. Pudo graduarse en la Escuela de Batalla pero llegó tarde al examen. No obstante, se alistó como voluntario en la Flota Internacional, donde participa desde entonces en misiones interplanetarias de paz.

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