Superman vs La Élite: Una nueva maravilla DC.
Por Gabriel Romero de Ávila.
Desde hace años, la animación DC ha demostrado una superioridad incuestionable en todos los terrenos, tanto en las series de televisión (el Universo de Bruce Timm, “Young Justice”, “Green Lantern”), como los largometrajes (“Liga de la Justicia: Crisis en dos Tierras”, “Batman: Capucha Roja”), e incluso un campo nuevo que también han explotado, el de los cortometrajes, bajo el sello “Showcase” (“Green Arrow”, “Capitán Marvel”, “Catwoman”, “Spectre”). Sus trabajos se encuentran entre los mejores hallazgos de todos los tiempos en el mundo de los superhéroes, donde los que llevamos algunos añitos sabemos que se alternan obras maestras con auténticos horrores, encargos para llegar a fin de mes con productos artísticos del más alto nivel, alguno que incluso se llevó premios de todo tipo.
Ahora llega “Superman vs La Élite”, una película que promete mucho, y que sin duda lo da. La premisa ya es muy buena, primero porque está basada en una de las mejores historias del pasado de Superman (“What´s so funny about truth, justice and the american way?”, en Action Comics 775, de las pocas que en mitad de la simpleza y mediocridad de los años noventa y dos mil supo encontrar la verdadera esencia del Superhéroe, con mayúsculas, y darnos la explicación de por qué tiene sentido), y segundo porque han elegido como guionista del film al propio autor del cómic original, Joe Kelly, un grandísimo escritor nunca bien valorado, al que el paso del tiempo ha condenado al olvido sin que nadie haya producido cosas mejores. Tal vez ahora, con la sequía generalizada que estamos viviendo, sea hora de volver la vista hacia aquellos obreros modestos y cumplidores que edificaron la industria hace poquísimo tiempo, pero que están a la altura de los mejores. Sin tanto marketing ni bombas de humo, ni cambiando la continuidad cada mes y versionando a su antojo el origen de los héroes.
“Superman vs La Élite” está enmarcado en la continuidad post–Crisis ideada por John Byrne (un Clark Kent más creíble y menos timorato, una Lois Lane convertida en osada periodista capaz de todo, unos Jonathan y Martha que siguen vivos para actuar como consejeros morales de su hijo), pero a la vez evolucionada hasta el punto en que apareció el cómic original (con unos Clark y Lois que son pareja, compartiendo el secreto de su doble identidad y olvidando estúpidas excusas para que él pueda cambiarse de ropa). Esto no puede ser más sorprendente, por cuanto en la continuidad actual del Universo DC se ha deshecho esta relación de pareja por considerarla un estorbo para la mayoría de escritores (como ocurrió en la competencia hace unos años, así que supongo que aquí Dan Didio ha hecho el papel del diablo Mephisto). Y viendo esta película se nota que de estorbo nada, que bien llevada en manos expertas se trata de un rasgo tan aprovechable como el que Clark sea reportero o su vulnerabilidad a la kryptonita. ¿Son esas características intrínsecamente mejores o peores que su matrimonio? ¿No podrían salir también grandes historias si Superman fuera vulnerable a la madera, o al agua de río, o a la polución de Metrópolis? Hay cuestiones que desde luego se han anulado con el tiempo, como que pueda mover planetas o viajar al pasado o al futuro por sí solo, pero luego hay rasgos de su personalidad que con los años podemos admitir que son los mejores: su devoción hacia la raza humana como un todo, su afán por ser uno más entre los hombres, su espíritu de reportero que intenta cambiar el mundo desde su ordenador, y a la vez su función de héroe y guía moral de la Tierra con su ejemplo, sabiendo que es increíblemente poderoso pero nunca lo utilizará más que para el bien. Hombre y superhombre, ambos luchando por el beneficio de todos.
Y Lois Lane es su nexo con ese mundo llano al que quiere integrarse, igual que los Kent, porque la cualidad de este personaje, que fue lo que aportó en su momento, es el hecho de la doble identidad, que no es sólo un disfraz de humano para seguir actuando como alienígena en secreto, sino que él es las dos personas a la vez, es Clark Kent igual que Superman, y quiere vivir ambas vidas al mismo tiempo. Igual que mantiene una Fortaleza de la Soledad en el Ártico con recuerdos de su mundo natal, tiene un piso en Metrópolis con Lois Lane donde duermen cada noche, e igual que lidera la Liga de la Justicia para acabar con los villanos que amenazan el Multiverso, también escribe todos los días en el Daily Planet para descubrir los escándalos políticos y las tramas de los poderosos, de aquéllos que se consideran intocables por la ley.
Y ésa es la grandeza del personaje, y por lo que tuvo tanto éxito y llegó a crear una industria.
En esta película Lois se convierte en pieza fundamental de la historia, con sus juegos de palabras, su ironía, su pérdida de fe en algunos momentos, y su final feliz tan deseado. En ella se refleja nuestra propia forma de ser, como representante de la raza humana en mitad de un universo de seres superpoderosos al que no pertenece, pero que entiende mejor que ellos mismos, porque en el fondo sabe que estos dioses modernos dependen más de sus sentimientos (la ira y la frustración de Manchester Black con el mundo, la necesidad de Superman de no cruzar nunca la línea que le separa del mal…) que de sus poderes, que en realidad sólo son decorado. Por eso me encanta Lois, y adoro que por fin se la trate con justicia.
Pero vamos por partes, que me estoy adelantando.
La trama es muy sencilla, pero también profunda: aparece en Metrópolis un nuevo supergrupo llamado La Élite, cuyos métodos son bastante más expeditivos que los de los héroes clásicos, sin que tengan demasiados problemas en matar o torturar a sus enemigos o en abusar de sus poderes para cumplir la misión. Esto abre un debate en la sociedad sobre qué clase de héroe es más adecuado para el nuevo siglo, si el que perdona al villano e intenta resocializarlo, o el que termina con su vida como castigo por sus actos. Y éste es también un debate para nuestro mundo real, en el que ante verdaderas amenazas (como las mismas que aparecen en la película: una guerra en Oriente Medio o un atentado con miles de víctimas en pleno corazón de Metrópolis) son los propios heridos los que gritan que quieren a alguien que vengue sus pérdidas, alguien con el suficiente poder para que ni la política ni las fronteras le impidan hacer justicia. Y hasta cierto punto es razonable. De hecho en un principio (finales de los años treinta y primeros cuarenta), Superman era mucho menos respetuoso de lo que sabemos ahora, empleando sus poderes sin miedo para cruzar fronteras ilegalmente, secuestrar a mafiosos para hacerles entrar en razón, y destrozar propiedad privada con tal de liberar a un inocente. O sea, lo que hoy llamaríamos un antihéroe (y que Grant Morrison ha intentado representar en la nueva serie de Superman del Universo New–52, antes de que la habitual dispersión mental del escocés la convirtiera en ilegible). Por tanto, una paradoja, un personaje enfrentado a sus antiguos yo (y a un homenaje a “The Authority”, el cómic que estaba más de moda por entonces), y mucho debate sobre el comportamiento de los héroes.
Los miembros de La Élite son tan extremos como se espera de ellos, y exhiben poderes realmente desenfrenados: Manchester Black, un histriónico inglés con capacidades telepáticas y telequinéticas, entrenado por el MI5 como asesino a la carta, y que ahora quiere trabajar por libre; Coldcast, un bruto que absorbe y emite energía pura, y la usa para linchar a quien se ponga por delante; The Hat, el mago local, especialista en conjurar demonios de lo más agresivo; y Menagerie, una mujer–reptil que se come el metal y desgarra a sus enemigos. Todos ellos antiguos espías metahumanos que desean convertirse en héroes, pero héroes a su modo, una clase diferente acostumbrada a la violencia y el asesinato fáciles.
Y en el otro extremo, dos villanos habituales vistos de otra forma: la Calavera Atómica (cuyo asalto a Metrópolis plagado de muertes da pie al debate internacional de si se le debe permitir seguir vivo), y una guerra entre países árabes bastante creíbles (que La Élite remata de modo definitivo). Superman se ve incapaz de responder a estos desafíos más que con sus altos principios morales, que a veces no son los mejores para solucionarlo todo, cuando parece que es mucho más útil destrozar cráneos y reventar a aquéllos que se opongan al supuesto bien común.
Pero, claro, ¿qué es el bien entonces? ¿Dónde está la justicia, y dónde la venganza personal, o el simple alarde de poderes sin control?
Éste es el tema que aborda “Superman vs La Élite”, muy en la línea de “Watchmen”, “Kingdom Come” y esa historia que quería contar Alan Moore sobre Kal-El y Diana de Themyscira convertidos en esposos y guiando a la Humanidad por encima de todos. Pero esta película no opina eso, ni sitúa a los héroes más allá del bien y del mal, por mucho que Manchester Black quiera que sea así y alardee, sino que finalmente son los hombres corrientes los que deciden la conclusión de la cinta, con sus esfuerzos (la investigación de Lois Lane, las evasivas del MI5, los medios de comunicación con sus noticias manipuladas...). Eso, y la gran heroicidad de Superman, que demuestra de qué clase está hecho, y lo que significa. Que nos explica que no es un rey, sino un sirviente, y que no manda a nadie sino que ayuda a todo el mundo.
Ésa es la moraleja, ¿os parece poco?
Eso sí, me encanta la imagen de la Fortaleza de la Soledad hecha de cristales, como la de la película de Christopher Reeve, y el retorno de los Súper–Robots (y la forma en que Lois Lane los gobierna, realmente genial).
Así que no sé a qué estáis esperando para verla, ni las distribuidoras para traerla a España, porque desde luego es un acierto 100%. Uno más de la animación de superhéroes.
http://planetasprohibidos.blogspot.com/2012/06/superman-vs-la-elite-una-nueva.html?showComment=1340528586587#c2656719290138448269'> 24 de junio de 2012, 11:03
Comentar que dicho DVD/BluRay ya se puede comprar en los comercios de España
http://planetasprohibidos.blogspot.com/2012/06/superman-vs-la-elite-una-nueva.html?showComment=1340562457668#c486271574566878309'> 24 de junio de 2012, 20:27
Impresionante reseña...! Hace un par de semanas compré la peli y me la he visto unas cuantas veces... incrédulo de que DC se haya arriesgado con un guión tan crudo y tan actual... Nada que ver con Marvel Disney y sus versiones "divertidas"... expertamente decididos a actualizar un modelo de hace 70 años que solo interesa capturar público infantil y familiar...! [me refiero a la nueva Spiderman animated y los destrozos al clásico de terror Barnabas Collins]
http://planetasprohibidos.blogspot.com/2012/06/superman-vs-la-elite-una-nueva.html?showComment=1340570227950#c5841994859172053052'> 24 de junio de 2012, 22:37
@Komixmaster
El problema no es tanto que se dirija a un determinado sector de público, sino la forma en la que lo hace. Disney lleva varias décadas con esa trayectoria y estilo. Tampoco es para sorprenderse.
http://planetasprohibidos.blogspot.com/2012/06/superman-vs-la-elite-una-nueva.html?showComment=1342287241306#c721867991136936488'> 14 de julio de 2012, 19:34
@Lino Moinelo
Estás en lo cierto. Lo preocupante es la absorción de empresas que se han caracterizado por un estilo particular para luego alienar más público… y todos felices. Pero la gran esperanza son esos productores atrevidos sacando al mercado maravillas como ésta de Superman vs Élite.
http://planetasprohibidos.blogspot.com/2012/06/superman-vs-la-elite-una-nueva.html?showComment=1371701579547#c293310029173994709'> 20 de junio de 2013, 6:12
No es nada del otro mundo, superman un ser omnipotente, un Dios, que en el fondo se siente un fenomeno, por ello hace el bien para que todos lo acepten. Desde mi punto de vista, Superman no es nada creible, es un super heroe con aire de mesias, que esta lejos de serlo, si es verdad, de pequeño queria ser como él. Ahora, ni en broma. Mas heroe es Batman.
Obviamente, Batman es más realista más que nada por no tener superpoderes. Pero es que no creo que nadie intente convencer a nadie de que Superman puede ser real. Es una ficción basada en el mito del héroe, pero adaptada a los tiempos actuales. Este mito consiste en la llegada de un salvador, mito que existe desde tiempos inmemoriales y que han recogido algunas religiones. En este caso es un extraterrestre, supuesto que se utiliza para dar una explicación no mística de sus poderes.
No se trata de dar preferencias a uno o a otro héroe. Son dos situaciones distintas. Tal vez sea más meritorio Batman, pero una vez más, nadie está discutiendo esto. Por tanto, tu puedes ser de mayor lo que quieras, los dos cumplen funciones similares, que es la de dar un ejemplo, seres que pudiendo hacer el mal o quedarse cruzados de brazos, optan por otro camino.