
A donde sólo la imaginación puede llegar
Esta semana varios miembros del Colectivo de ilustradores canarios participan en la I Muestra de arte fantástico y ciencia ficción. La exposición puede visitarse en la carpa de la Zona de ocio del C.C. Meridiano (S/C de Tenerife) del 25-30 de junio de 2012.En ella podemos ver más de treinta reproducciones de obras de artistas nacionales.
Por otro lado, un número significativo de seguidores de BR lo son principalmente de esta película, considerando al resto del género como simples comparsas «poco serias» de entretenimiento y evasión En este aspecto en concreto ocurre algo parecido con Star Wars y el género de la space opera: aunque ya se conocía la planet opera —clara precursora de la ópera espacial— esta habría pasado desapercibida si no se hubiera estrenado la trilogía original en el cine. De la misma manera, muchos aficionados de la epopeya galáctica de George Lucas lo son en concreto de Star Wars, ignorando prácticamente el resto de obras más características del género.
man vs La Élite: Una nueva maravilla DC.
Hace poco comentaba en facebook que no me había gustado especialmente Los Vengadores; evidentemente, tuvo que aclarar enseguida mis palabras, frente a todos aquellos a los que les había entusiasmado. Quería decir que no me pareció “el orgasmo fílmico”, ni me había “quedado babeando frente a la pantalla” ni, evidentemente, era una de las “mejores películas que había visto”; es una buena película de superhéroes, y forzando un poco, podría llegar a catalogarla como una de las mejores películas del género: pero de ahí, a las frases anteriormente expuestas, reales y leídas en varios foros, media un gran paso (¿un abismo?).
Hace ahora un año DC Comics iniciaba un proyecto editorial nuevo que pretendía remodelar por completo su vasto universo de ficción y, según los responsables, hacerlo más accesible a los fans. Cuando yo era niño, el primer cómic DC que leí fue el Superman nº 1 de Ediciones Zinco, en el que el kryptoniano se enfrentaba al retorno desde el espacio de Chemo (entonces Quimik) montado en un meteorito, y a la aparición de nuevos pobladores diminutos en la Ciudad Embotellada de Kandor, o al menos en una reproducción fiel, porque la original ya había sido agrandada y situada en el planeta Rokyn. Y era un número 1. Es decir, historias que continuaban a otras de diez o veinte años antes y que mediante oportunas explicaciones y flashbacks entendías perfectamente. Dicho con otras palabras, los niños no son idiotas, no necesitan un nuevo comienzo cada dos por tres, que todos somos perfectamente capaces de subirnos al tren en marcha y, si de verdad está bien hecho y nos interesa, comprender lo anterior sin muchos problemas.
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Un servidor descubrió a Bradbury a la tierna edad de diez años, cuando un primo mío me regaló una recopilación de cuentos de una colección editada a comienzos de los setenta. Era el año 1984 y el relato en cuestión era El zorro y el bosque; lo leí de una sentada aquella mañana en el pueblo de mi abuelo, y lo que me conmovió no fue la tragedia de dos fugitivos del tiempo que huyen de agentes policiales provenientes de su distante futuro, sino la poesía que emanaba su prosa.
La verdad es que no topé con
Bradbury en ese momento. Años atrás leí Fahrenheit
451; una novela que hace sentir bien al lector por dos motivos: según
devora las páginas se siente libre y, además, poseedor de un tesoro, el libro,
que le incluye en la élite romántica de los portadores del saber humano. Recuerdo,
además, que vi a Ray Bradbury en una serie de televisión, que resultó ser The Ray Bradbury Theater. Aparecía al
final del capítulo, rodeado de chismes y libros viejos, con una camisa clara,
el pelo blanco, entrado en carnes, sonriente y explicando alguna cosa.
implicado alguna vez en los guiones de adaptaciones de obras suyas al cómic (como por ejemplo, la adaptación de Fahrenheit 451), el caso, digamos, más curioso, lo podemos encontrar en su relación con la editorial EC Cómics; en los años 50, esta editorial que mantenía varias líneas editoriales en el mercado, adaptó algunas obras de Bradbury sin acreditarlo como autor.
Hace unas semanas nos hicimos eco de la noticia del nacimiento de un nuevo evento relacionado con el género fantástico, el Celsius 232 (ver en este enlace)
A mí siempre me ha molestado la explicación: “Ah, no esperes ver nada bueno, que es cine para adolescentes”. ¿Y qué? ¿Eso qué importa? ¿Es que los adolescentes son idiotas, y no se merecen un mínimo de respeto en cuanto a actuación, guión, montaje…? Paul Levitz era sólo un chaval cuando empezó a escribir los comics de la Legión de Súper–Héroes, y creó una de las mejores etapas que se recuerda, que ahora vive una segunda juventud. Stan Lee apenas podía votar cuando tomó las riendas de Marvel Comics, y sobre sus jóvenes hombros levantó todo un universo. Pero en cambio Hollywood sigue dedicando a los adolescentes horrores como esta película, que total, para lo que aporta, bien podíamos habernos quedado con la de Disney.
Y es que no hay nada que se salve, nada. En algunas críticas he leído que “Charlize Theron es lo mejor del film”, o peor aún, “Charlize Theron salva la cinta entera”, y lo dicen como una virtud. Y no lo entiendo. El villano no puede ser la única baza, los buenos no deberían ser tan absolutamente planos que estés deseando que no aparezcan, y en definitiva, la historia tendría que sustentarse sobre algo más que el histrionismo y diversión de una actriz brillante que se nota que lo pasa genial haciendo de mala, pero que abandonada a su suerte, sin guión, sin sentido, llega a perderse en su propio papel.
ISIÓN
Vengadores. Autor: Joaquín Sanjuán. Ilustradores: Nacho Tenorio,
Txanly Pérez, Triguero.
Dexter. Autor: Alberto González.
In Time. Autor: Manuel F. Bueno.
Supernatural. Autora: Laura Morales.
1896: en Gran Bretaña, Guglielmo Marconi patenta la radio. Aunque es considerado erróneamente el padre de la radio (ese honor pertenece a Nicola Tesla), si que se le considera el padre de la transmisión telegráfica inalámbrica por ondas de radio , ya que fue el primero en comunicarse (vía morse) a través del Atlántico. También fue el inventor de la "Antena Marconi". Recibió el Premio Novel de Física en 1909.