En artículos anteriores analizaba la por aquel entonces incipiente "fiebre" de adaptaciones de superhéroes al cine. Quedaba por venir desde entonces, si no recuerdo mal: Batman: el caballero oscuro, Iron Man 2, Linterna Verde, Capitán América, Thor; dentro de poco los reinicios de Spiderman y Superman, y por supuesto, Los Vengadores.
Decía en aquellos momentos que el género de los superhéroes no estaba viviendo unos buenos momentos, citando como principal evidencia la compra de una compañía insignia de este género como (¿sigue siendo?) MARVEL, por otra de características tan peculiares como la Disney, especializadas en
Sin embargo, el gran éxito que merecidamente está cosechando en los cines esta adaptación del famoso grupo de superhéroes (que cumplirá nada más y nada menos que 49 años en septiembre), y la euforia de los que llevan tanto tiempo esperando una adaptación de características épicas como la mencionada, puede hacer pensar que el genero de superhéroes tiene para rato. Probablemente sea así, pero antes de lanzar las campanas al vuelo, pensemos detenidamente.
Que una idea que surgió hace 50 años sea lo que ahora esté triunfando en las grandes salas comerciales, no es tan buena noticia. No estoy seguro que lo sea ni para el propio género de los superhéroes. Es más bien una constatación de varias cosas:
- Cambio de modelo o inversión: el paso hacia las series de TV del peso del esfuerzo creativo que hasta ahora era característico del cine, mientras que en este medio se suceden las precuelas, secuelas y "spin-offs" de personajes y temas provenientes de otros ámbitos, "serializándose" en las grandes pantallas definitivamente la practica totalidad de los éxitos.
- Cura paliativa temporal para los superhéroes: que se estén reviviendo en las grandes pantallas ideas de hace medio siglo, es un "balón de oxigeno" que de momento, no hace otra cosa que retrasar el "momento final" en donde habrá que hacer frente a "la crisis".
- Rescritura al son de las necesidades comerciales de taquilla de las principales señas de identidad de las más famosas sagas de superhéroes de cómics, que incapaces de evolucionar, han de depender de los éxitos comerciales cinematográficos más que en el propio atractivo.
Por otro lado, es una forma de que las nuevas generaciones disfruten de este género. Los hábitos actuales distan seguramente mucho de los que teníamos hace 40 años, época en la cual nos teníamos que contentar con el "esfuerzo de leer" tebeos, y alguna que otra serie de tv. En este sentido, está por ver si en esta época de crisis, la justificación sociológica que siempre han tenido los héroes mitológicos desde que existe la Humanidad, encuentra en esta moda una salida adecuada. Si me perdonan los lectores que me autocite, me gustaría recordar lo que comentaba hace año y medio, allá por diciembre de 2010:
Vivimos una nueva era del género súper-heroico, que tal vez sea la última. Queda ver cuando se agotará definitivamente su uso comercial y el actual culto al héroe pase de nuevo al olvido (...) Cuando llegue un Quijote que los desmitifique definitivamente significará que el mundo a nuestro alrededor estará cambiando y ya no los necesita. De no ser así, a buen seguro que otro tipo de héroes los sustituirá.
Lo dicho. Veremos que viene tras Los Vengadores cuando su tirón comercial no sea el mismo. Veremos qué héroes los sustituyen si somos capaces de crear unos nuevos, o se deberán reversionear los mismos. Todo esto por supuesto, si dentro de unos años los seguimos necesitando.
Artículo publicado posteriormenmte en Al final de la Eternidad el 5 de mayo de 2012
Artículo publicado posteriormenmte en Al final de la Eternidad el 5 de mayo de 2012
http://planetasprohibidos.blogspot.com/2012/05/los-vengadores-una-reflexion.html?showComment=1350014931890#c6987082949022290832'> 12 de octubre de 2012, 6:08
Heroes siempre se necesitaran en una sociedad. LLameles super-heroes, caballetos andantes o mitos.
Por supuesto "Anónimo", siempre se podrá hablar de algún tipo de necesidad, pero en unas épocas lo será con mayor apremio que en otras, y será en esas épocas en las que surjan nuevas maneras acordes con la cultura del momento, de representar dicha necesidad.