Desde sus inicios como guionista y cineasta David Twohy es pura serie B en la forma y el espíritu. Especializado en reescribir ideas ajenas (Alien 3) o vender las propias (Han llegado), siempre ha manejado personajes de tebeo de forma más o menos resultona sin dar gato por liebre pero sin llegar a cotas de brillantez que le hicieran materia de estudio o culto de convención. Personalmente, no creo que sea peor que figuras más encumbradas del tipo de Joss Whedon , J.J. Abrams o Damon Lindelof, simplemente ha tenido menos suerte.
La saga de Riddick: Pitch Black (1999), Crónicas de Riddick (2004) y Riddick (2013) ha sido su obra más popular con diferencia pese a que Twohy lleva ya unos treinta años en esto de escribir y dirigir y su nombre ha sonado de cara a la nueva saga de Star Trek (no lo haría mal), eso si no es exagerado el rumor que la saga de Riddick seguiría con dos títulos más, lo cual debería hacer que Twohy inclinase la saga hacia otros derroteros, porque Riddick no deja de ser una relectura en clave spaguetti western de la primera Pitch Black, y no exagero en absoluto señores. El prólogo transcurre en la pura supervivencia del personaje en un entorno hostil tras sufrir la traición y ser abandonado a su suerte, y el encuentro violento con una fauna hostil o aparentemente agresiva. La supervivencia desesperada y finalmente la adaptación al terreno. Aquí estamos más cerca del spaguetti western italiano o el western crepuscular americano de los setenta que de la space opera. Y, finalmente, la aparición de dos grupos de caza recompensas; uno de ellos liderado por un despreciable asesino llamado Santana, nombre de personaje que hizo popular el italiano Sergio Corbucci en sus Spaguettis de los sesenta en imitación al Django que luego ha inspirado a Tarantino. A partir de ahí el look sucio arenoso de Riddick remite a las pelis del oeste de sesión doble (o triple) de cine de barrio y a algunos de sus tópicos más evidentes, como la alianza forzosa y la traición, la venganza que se oculta tras un aparente objetivo o la redención.
Vin Diesel le tiene cariño al personaje ya que se dice que ha pagado la película de su bolsillo y se la ha jugado a nivel económico (autofinanciarse es siempre un suicidio, si uno ha estudiado producción lo sabe de sobra); más allá de la saga palomitera de Fast and furious y sus interminables entregas, siempre preferiré al "furiano" galáctico, a pesar de que la saga está dando serios síntomas de falta de ideas, -aunque Riddick mantiene el tipo como entretenimiento, pero no sé si aguantaría dos capítulos más ya que si a la tercera, tiene que echar mano del recuerdo de su primera entrega, que será de las otras dos: ¿un refrito de la segunda?
Quien quiera saber si la serie B todavía sobrevive a estas alturas, Riddick es quizá lo más cercano que uno tiene para echarse a la boca y pasar el rato. Eso sí, no pidamos una obra maestra porque no pretende tampoco serlo.
JORGE ZARCO RODRÍGUEZ
Comentarios
0 comentarios en 'Opinión: RIDDICK (por Jorge Zarco)'
Publicar un comentario
Le recomendamos que copie su texto antes de publicarlo, sobre todo si es largo, para evitar perdidas por algún fallo al publicar. Seleccione el texto y pulse «tecla control + c». O redáctelo en un editor externo, copielo de igual manera y a continuación, pulse «tecla control + v» en el cajetín del formulario de comentarios.
Si tuviera cualquier otro problema, utilice el enlace alternativo «[Dejar un comentario con el formulario clásico...]», que podrá encontrar más abajo.
Gracias por comentar.
Autores de Planetas Prohibidos
[Dejar un comentario con el formulario clásico...]