Autor: Óscar Urra
Editorial Salto de Página
Colección Púrpura 63
184 Páginas
Rústica
Primera Edición Noviembre 2014
ISBN 9788416148141
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OPINIÓN:
Tengo que calificar este libro,
en mi opinión, como fallido, y desde varios puntos de vista, además, que
desarrollaré a continuación.
La novela trata sobre un “impuro”
adolescente, y está dividida en dos mitades, cada capítulo cuenta una de ellas;
una trata de su vida hasta que es infectado, y su deambular, y la otra su vida
en El Cuartel, lugar donde se reúnen los que son como él, para vivir alejados
de los seres humanos. El primer “pero” lo encontramos en esa faceta de impuros;
a saber, cuando son infectados pasa un largo tiempo (indeterminado) hasta que
se convierten en zombies puros (los de toda la vida, vamos), mientras tanto,
aumentan de fuerza, de resistencia y agilidad, se curan rápidamente, y lo único
diferente es un olor que desprenden que hacen que los de su alrededor se
enfurezcan (pero se “soluciona” estando rodeado de mucha gente, o pasando rápido
entre ella).
Unos infectados muy raros, la verdad.
Otro “pero” es que mantienen
sus capacidades casi hasta el final, hasta que saben que van convertirse ya en “puros”;
es decir, hablan, comen y beben (poco), hacen el amor, etc… Pero bueno, podría
tratarse de un nuevo tipo de zombies,
podríamos darle a la novela el beneficio de la duda. Sin embargo, los mayores “peros”
vienen de sus incoherencias internas, así como del estilo en el que está
redactada, tanto como novela en sí misma, como por ser los escritos de un joven
zombie. Me refiero a que el mismo protagonista, en el momento de ser infectado,
es un joven mal estudiante de la ESO ,
y él mismo se extraña de haber aprobado algunos cursos; pues bien, el estilo en
el que posteriormente narra su historia, las frases que usa, las descripciones,
las aclaraciones ortográficas y sintácticas, etc, no se relacionan con el
personaje que se nos ha presentado (y menos, si además, estamos pensando en un
zombi).
Además, aunque estuviese escrito
(narrado) por un personaje, digamos, normal, el estilo utilizado muchas veces
llega a cansarnos; es debido al uso de largas (larguísimas) frases, con
multitud de paréntesis y guiones (aclaraciones tras aclaraciones y, a veces, de
la misma aclaración…).
Todo esto puede ocultar el que
tal vez sea el verdadero quid de la obra; el de la soledad del ser (humano o zombie),
la necesidad de pertenecer a un grupo social, y la dificultad de convivencia de
dichos grupos, en los que siempre aparecerán tensiones, frustraciones, etc. Pero
la lectura de la obra se torna, por todo lo dicho en los párrafos anteriores, tan
dificultosa, que puede hacer que perdamos de vista el conjunto.
ARGUMENTO EDITORIAL:
«Me llamo Alejandro Sen, y soy un zombi de Villaverde Bajo. O lo que la gente, sin saber bien lo que es, llama un zombi. Hasta que nos toca bregar con la realidad más o menos cruda, sabemos del mundo lo que nos dicen las películas y el telediario: casi todo el mundo puede vivir sin salir de una pantalla. Pero a mí me ha tocado esto, ser un zombi; y no como en las películas o en los videojuegos: a mí me ha tocado de verdad.»
Narrada en esta directa primera persona, “Yo, zombi” del madrileño Oscar Urra, ofrece la insólita perspectiva del no-muerto como punto de partida para contarnos sus peripecias, pero también sus anhelos y temores, incluso sus preocupaciones más mundanas, en un contexto actual y cercano, imprimiendo una nueva y original vuelta de tuerca a un género extraordinariamente popular. En su caída, degradación y voluntad de supervivencia late también la metáfora de una sociedad que produce sus propios horrores para luego apartarlos o ignorarlos. |
http://planetasprohibidos.blogspot.com/2015/01/yo-zombi-oscar-urra.html?showComment=1425711043769#c2088852671855310269'> 7 de marzo de 2015, 7:50
Con La vida de Lazarillo de Tormes surge en España un nuevo género de novela, el picaresco. Un joven perteneciente a una clase social proletaria, cuando no lumpen, narra sus fortunas y adversidades en primera persona, si bien se trata de una falsa autobiografía. Su objetivo es airear el mal funcionamiento de las instituciones, o la sociedad entera. Para ello parte de un posicionamiento moralizante no dudando en declarar públicamente que él, el pícaro, está precisamente muy lejos de ser un ejemplo. El estilo es irónico y corrosivo. Este tipo de narraciones está enormemente arraigado en nuestra tradición literaria, pues, además de Mateo Alemán, Quevedo, Cervantes..., el género llega a nuestros días de la mano, primero de Baroja, Sivestre Paradox, La lucha por la vida..., aunque no fuera esta la intención de su autor, más tarde de Cela, La familia de Pascual Duarte (el pícaro no es tal, sino un asesino del mundo rural)... Y, posteriormente, no se si me arriesgo mucho en calificar dentro del género la obra de Sánchez Ferlosio, Industrias y andanzas de Alfanhuí, o Las afueras, de Luis Goytisolo... Por supuesto que cada uno de ellos emplea las características del género para transgredirlas, lo que convierte a sus autores en ciertamente creadores.
Pues bien, creo que Óscar Urra elabora en Yo, zombi una genial obra picaresca yendo más allá del propio género, eso sí, al igual que los clásicos, emplea un lenguaje sabio que hace las delicias del lector y, si el personaje, Alex Sen, es un miembro del lumpemproletariado, un individuo sin ganas de estudiar, o, mejor, estudiando a través de los reflejos ensoñadores del pelo de Yolanda, no deja en ningún momento de su vida, la de antes de entrar en esa condición de impuro, y la posterior, de leer y, sobre todo, de releer la Narración de Arthur Gordon Pym. No es, pues, ningún mindungui en materia de lectura.
Urra es capaz de crear unas situaciones tan extraordinarias (nótese si no la genialidad de la mandíbula de Molina), divertidas (la escena provocada en El Cuartel por una impura que está pasando a pura, un “afterhour” “horroroso”) y tragicómicas (la huída de la madre, el final del padre...). Si además observamos a la comunidad zombi como metáfora de la sociedad (es terrible pensar que somos zombis que nos dejamos llevar por instituciones que están al servicio de Becerras, Molinas o humanos abogados, como El Cuartel), la narración a dos tiempos (que confluyen al final), las continuas digresiones, la implicación del lector en la historia... Todo ello hacen de esta corta obra algo digno de entrar en la historia de la literatura por la puerta grande.
Enrique Bienzobas
http://planetasprohibidos.blogspot.com/2015/01/yo-zombi-oscar-urra.html?showComment=1425756614746#c4116844767828891264'> 7 de marzo de 2015, 20:30
Pueden leer otro comentario aquí:
http://www.liberty-bienzobas.es/sin-etiquetas/urra-óscar/yo-zombi/