Y es que la opinión pública quedó escandalizada tras la ejecución del matrimonio Rosenberg por supuesta traición en junio de ese mismo año. En conclusión; si Finney hubiera querido hacer un alegato contra el macarthismo en 1954, o contra el comunismo, lo hubiera hecho con mucha mayor claridad en la trama y en los personajes. De hecho, él siempre negó, incluso mucho tiempo después, que Los ladrones de cuerpos tuviera un tinte político.
Existe mucha confusión entre la película y el libro. Hay quien dice que la obra de Finney es antimacartista porque el guionista del filme lo firmó con pseudónimo. En este caso, de ser así, estaríamos hablando de que la censura al senador McCarthy y a la sociedad norteamericana partió del mundo del cine, no de la obra literaria a la que nos referimos. Y es que la novela de Finney y la película de Don Siegel de 1955 tienen diferencias notables. Las dos son obras maestras, pero distintas. Jack Finney mezcla con habilidad dos géneros, como ya señaló en su día Stephen King: la ciencia ficción y el terror. Ya lo hicieron unos años antes John W. Campbell Jr. (Who goes there?, llevada al cine como La cosa de otro mundo) y H. P. Lovecraft (En las montañas de la locura o La llamada de Cthulhu). La clave de estas situaciones es la ruptura de la normalidad, de lo cotidiano. Luego aparece el desconcierto, la indecisión. Después llega la incredulidad, la negación de la realidad; es el momento en el que la razón intenta calmar las emociones. No puede existir algo que se escape de la racionalidad, de lo normal. Sin embargo, el lector sabe la verdad, produciéndose esa complicidad con el autor. En la novela de Los ladrones de cuerpos la dinámica de las vainas alienígenas está mejor contada que en la película. Finney está interesado en darle más entidad al invasor, explicando de dónde vienen, qué son y cuál es su propósito. Se trata de esporas que vagan por el espacio buscando un planeta que colonizar. Cuando lo hacen, reproducen cualquier ser vivo. El duplicado es inestable y muere a los cinco años. Las vainas son cultivadas, y cuando llegan a su madurez se desprenden del suelo y salen al espacio exterior en busca de otros planetas. Es una especie en expansión, como cualquier otra.
No está de más leer el libro a pesar de que la cinta del recientemente desaparecido Kevin MacCarthy la hayamos visto muchas veces. Se descubren cosas nuevas, y se tiene una perspectiva complementaria. Se lee con agrado y soltura. Lo recomiendo.
Esta entrada se publicó en Imperio Futura el 12 de diciembre de 2010.
http://planetasprohibidos.blogspot.com/2011/04/los-ladrones-de-cuerpos-y-el.html?showComment=1301898494638#c7872716500690727759'> 4 de abril de 2011, 8:28
Tengo entendido que se considera un plagio de "Amos de titeres" de Robert Heinlein.. pero tengo pendiente comprobarlo
Me gustó la peli del 55 ;)
http://planetasprohibidos.blogspot.com/2011/04/los-ladrones-de-cuerpos-y-el.html?showComment=1301902670395#c6337625036424381068'> 4 de abril de 2011, 9:37
@Kansible No había oído lo del plagio de "Amos de títeres", pero podría ser. Al menos la clave es muy parecida. Gracias.
http://planetasprohibidos.blogspot.com/2011/04/los-ladrones-de-cuerpos-y-el.html?showComment=1313851822046#c4373860435809419847'> 20 de agosto de 2011, 16:50
Finney cogió el concepto original de su obra del clásico The Body Snatcher, de Stevenson, esto dicho por todos, el film de Siegel aunque pueda parecer extraño es el mejor que se ha hecho hasta ahora, todas las posteriores han sido irrelevantes.
Pero la "deshumanicación" es un concepto del que podríamos hablar largo y tendido, ya lo encontramos Orwell "1984", pero también en las tesis de kafquianas y la "alienación humana".
Rogelio Marcos.
http://planetasprohibidos.blogspot.com/2011/04/los-ladrones-de-cuerpos-y-el.html?showComment=1313854239230#c3260449255479825999'> 20 de agosto de 2011, 17:30
Ahí sí que no te sigo, Rogelio. ¿En qué tiene que ver el genial cuento de Stevenson con la novela de Finney más allá del título?
Yo, por cierto (y muchos más aficionados al fantástico que conozco), pongo al mismo nivel la obra maestra de Siegel y el film de Philip Kaufman de 1978. Esta última me parece una película espléndida en casi todos los niveles, especialmente por saber mantener la esencia del film previo adaptándola a las nuevas constantes sociales de la época. Y todo ello, con una atmósfera irrepetible.
La de Ferrara es totalmente prescindible, eso sí... y la que nos ha llegado recientemente desde Giliwood no me la planteo ver ni de coña.
Una cosa más que quiero comentarle a Jorge: no he leído la novela de Finney (no porque no quiera, por supuesto), pero al menos el film de Siegel sí que pretende (aunque sea inconscientemente lo hace) reflejar la oleada de miedo social que afloró en aquella época. Otro tema sería si fue tan intenso como nos hacen creer algunos ahora, pero "haberlo, húbolo", y no fue este el único ejemplo de ese temor que se reflejó en el cine, precisamente.
Saludetes!
http://planetasprohibidos.blogspot.com/2011/04/los-ladrones-de-cuerpos-y-el.html?showComment=1313856554404#c4025645898464717477'> 20 de agosto de 2011, 18:09
Fíjate que de conceptos y plágios no conozco uno más llamativo que el de ALIEN con el relato de "Destructor negro" de A. E. Van Vogt -1939-
Para el que no lo haya leído hay una versión suelta en PDF y en castellano por internet. La obra de Kaufman no me llega al alma, no lo puedo remediar, lo mismo que la de Carpenter con "La Cosa". Sin duda llevas razón pues solo el título se le parece, en cuanto al tema de la suplantación humana la lista sería interminable.
R. G.
http://planetasprohibidos.blogspot.com/2011/04/los-ladrones-de-cuerpos-y-el.html?showComment=1314007285339#c6060960065552950006'> 22 de agosto de 2011, 12:01
@Anónimo
Sergio Gonzalvez
También se dijo que de La Nube Púrpura de Shield, aunque he leído ambas y salvo la que mencionas no se parece a Alien en nada.
http://planetasprohibidos.blogspot.com/2011/04/los-ladrones-de-cuerpos-y-el.html?showComment=1314132951169#c6456717940392271133'> 23 de agosto de 2011, 22:55
Bueno, la de "Destructor Negro" es sobre una especie de gato alienígena, Núbe Púrpura es más literaria, aunque he de decir que me cuesta ver la analogía que muchos ven en la obra de A.E. Van Vogt.
R. M.