SINOPSIS EDITORIAL:
Dentro de unos años, la principal fuente de energía procederá de las fracturas hidráulicas. Aparentemente todo es seguro y está bajo control, hasta que una lluvia de meteoritos abre las fauces del subsuelo para liberar un extraño gas de su interior.
Y la caída del mundo se acelerará, hundiendo las esperanzas humanas y contaminando la superficie.
Millones de "gaseados" deambularán por una Tierra muerta, y los supervivientes se verán obligados a escapar de las peligrosas nieblas que reptan por el suelo.
Nos encontramos ante la primera novela sobre el fracking en nuestro país, una distopía greenpunk que reflexiona sobre las consecuencias futuras de nuestras acciones presentes.
Apache lilbros
Título Fractura Autor Dioni Arroyo Número de páginas 170 Alto 230 Ancho 150 ISBN 9788494523687 Ilustrador de portada Edu Quiza
RESEÑA:
El tema de las etiquetas…
bueno, parece ser que se ha puesto muy de moda etiquetar toda la literatura de
ficción, como si por una parte hubiera una especie de ansia por diferenciar
cada parte de la misma, y por otro asociarlo con el -punk (Steampunk, greenpunk, cyberpunk, etc). En este caso, en la portada se
anuncia específicamente “una novela greenpunk”; sin embargo, tanto por temática,
como por desarrollo, la englobaríamos directamente en post-apocalítica/distópica.
En la sinopsis de contraportada sí que se comenta que es una distopía
greenpunk, pero creo que la base greenpunk está muy “diluída” en contraposición
a la “post-apocalíptica”. Sí, la base ecológica está, no podría ser de otra
manera en una novela que se autodenomina greenpunk, la preocupación por la
naturaleza, por el planeta en su conjunto, existe; pero siendo esa la base de
la novela, enseguida nos llevará por otros derroteros donde eso no será más que
el soporte para la verdadera narración, que en realidad podemos decir que es
una mirada “qué sucederá” desde los ojos de un niño de diez años, su
experiencia y recorrido tras las consecuencias del desastre. Por eso la
denominamos, en nuestra humilde opinión, como post-apocalíptica en primer lugar,
y como distópica tras los primeros momentos.
Efectivamente, la novela,
narrada en primera persona, nos cuenta la experiencia vital de Nabil, un niño
de diez años, ya alienado por las circunstancias de su raza y de familia, preocupado
por las consecuencias de las nuevas técnicas de obtención de energía. Efectivamente,
los peores presagios se cumplen, y llegamos al escenario post-apocalíptico. En
realidad, todo sucede un poco demasiado rápidamente, las casualidades, las probabilidades
que incluso se mencionan en la novela, aparecen de manera demasiado brusca;
parece ser que es solo un motivo, una “excusa” para pasar al siguiente nivel de
la novela. Esto que por un lado nos parece precipitado, por otro le añade
agilidad a la novela, exponiéndonos la causa del desastre, y pasando a continuación,
sin más explicaciones, al desarrollo posterior; sinceramente, desde nuestro
punto de vista, hubiéramos deseado algo más de explicación, de tratamiento… de
desarrollo, en definitiva. Bueno, llegamos así al doble escenario post-apocalíptico/distópico,
cuando, cosas de la vida, consigue llegar al refugio Nuevos Mundos 17, creado
por y para los ricos.
Allí seguimos con el desarrollo tras la crisis de
Nabil/Simón, su nueva vida, en un entorno cerrado, rígidamente controlado, nos
e sabe muy bien porque quien, en el que sacrifican su libertad a cambio de la
seguridad frente a las amenazas del exterior; la terrible niebla surgida de las
profundices del planeta, y a los a afectados por la misma. Aquí es cuando
realmente la novela despega, cuando nos narra la vida, experiencia y desarrollo
del joven. Sus primeros meses tras entrar en la cúpula, sus amistades, su
desarrollo personal, etc.
Tras sus primeras salidas al exterior, encontrará
cosas y situaciones inesperadas, algunas sorpresivamente buenas, y otras que le
exponen a graves peligros, muchas veces debido a su inexperiencia (tanto porque
cuando sucedió todo era un niño de apenas diez años, como por que los últimos
años los ha pasado en el refugio, desconectado, como todos, de lo que sucede en
el exterior). Esta experiencia vital es la que mueve realmente la novela. Avanza
ágilmente, de manera fluída, entretenida, con una cuantas escenas de acción
bien llevadas (desde el punto de vista, recordemos, del joven protagonista/cronista
de los hechos), con unas pocas pinceladas de lo que han denominado greenpunk,
pero que en realidad no es más que el contrapunto a todo lo oscuro que envuelve
a la novela.
Y, como colofón, el “brutal”
final… y ahí lo dejo porque no puedo contar más, pero es de auténtico impacto, acorde
con el tono tenebroso, oscuro, desolado, de la novela… por lo que, una vez más,
comentamos que no nos parece greenpunk, sino de catástrofe y distopía.
Pero en resumen, una novela ágil,
entretenida, que nos presenta una sociedad, un planeta en realidad, destruído por el ansia de dinero, y en el que la vida de
un niño, su desarrollo, nos llevará por las varias fases del “después”
(post-apocalipsis), hasta encontrar el refugio en una sociedad pequeña, hermética,
claustrofóbica, en la que la seguridad prima por encima de la libertad (distopía),
hasta un duro final (catástrofe).
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